jueves, 25 de octubre de 2012

HACERSE MAYOR...


Que rollo es hacerse mayor. Esta frase me viene mucho a la cabeza últimamente. Te das cuenta  que estas haciéndote mayor cuando ves que tus padres envejecen y cuando un teenager te aborda por la calle para decirte: “Oiga señor, me puede decir la hora”. Humillante.

Cuando eres consciente de que el paso del tiempo va contigo también,  es cuando descubres que existe la muerte y cuando descubres que los reyes magos son los padres (presuntamente). Ya no puedes ir vestido para domingo de ramos con calcetas caladas ni utilizar estuches con el grupo de parchís en la parte frontal. Son tantas cosas bonitas y entrañables que aunque te quieras identificar con grupos alternativos grunges, la nostalgia de la niñez te viene por las noches cuando te vas a dormir en tu habitación azul con dibujos de coches en las cortinas.

Yo tuve una niñez atípica y diferente. Mi padre se dedicó durante mis 9 primeros años a inculcarme los gustos suyos. Me llevaba todos los domingos por la tarde al fútbol  Siempre me negaba a ir, pero después de un capón y un ”Al coche” estaba listo para mi jornada vespertina futbolera. El aburrimiento era total y me divertía viendo a las señoras que iban con sus abrigos de pieles, El paso de las nubes y los pitidos del silbato, cada vez que pitaba el árbitro le preguntaba a mi padre si había acabado el partido ya. Mi padre tardo en aceptar que una de sus pasiones era para mí un pestiño. Pero nuestro punto en común se lo deberemos a Esperanza Aguirre.

Vivía en un mundo donde lo que me gustaba era lo normal, aunque ese mundo se desarrollaba en mi habitación y en el entorno de mi casa. Muy extraño era el hecho de que no recuerdo soñar con hacerme mayor. Mis gustos eran muy dispares, abarcaban desde hacerme uñas con la cera roja  que recubre el queso de bola,  a volverme loco cuando pasaba un tren, los trenes me fascinaban, era el regalo que le pedía siempre a los reyes magos, aunque algunos pensareis que era la Nancy Selene.

Soy consciente que cumplir años es estar vivo, pero cuando la jornada laboral acaba y el día llega a su fin, me asaltan los recuerdos de mi infancia. Dormía con una facilidad hermosa, El amor de pareja ni existía, de hecho me daban asco los besos,  no tener dinero para comprarme una chuche no era mi prioridad y  reírme a todas horas de cualquier cosa. Todo era más sencillo cuando eres niño.

 La niñez mola mucho, pero soy consciente de que el paso de los años, Seguir riéndome de cualquier cosa,  los golpes en la frente, unas arrugas de expresión(imperceptibles al ojo ajeno) ,   las puñaladas traperas y los besos dulces a quien quieres  hacen la vida bella, hermosa y que tenga  un  sentido fantástico. 





viernes, 19 de octubre de 2012

SUPERFICIAL




Esta semana me ha hecho ver que dedicamos demasiado tiempo en preparar cenas, citas, encuentros y demás acontecimientos.


Intentamos servir un filete de panga en una vajilla de Limoges, este hecho no está bien ya que desvirtúa e, por que al ver el plato te crees que vas a comer rape y lo que encuentras es el pescado más contaminado del planeta. Este tipo de actos también se extrapolan a la vida sentimental. Se estila mucho adornar nuestras virtudes con exceso  y barroquismo, tanto que  cuando vas a mostrar tu realidad a tu quedada ocasional, el contrario se queda con la boca abierta y muy sorprendido.

He de confesar que yo soy el maestro del adorno, pero no de mi personalidad que quede claro. Cuando tengo alguna cita (últimamente pocas), de la nada aparece en mi mente la música que la envolvería. Seguido viene los colores, que imagino, que tendrían. Tanto adorno el acontecimiento que al llegar el momento mis chascos son a veces tan grandes que me da por llorar. Una de mis citas más bonitas que recuerdo la amenizo una cantante de Jazz, el marco fue un cielo azul precioso y, tengo que decir,  todo salió como quería. Esa  fue como un final feliz de una película de Isabel Coixet. Que dramático puedo llegar a ser.
Pero la cita “final feliz”  tuvo su final 1 año después pero no feliz, fue parecido a una película  Afgana, subtitulada en polaco. Contaré el principio que es muy bonito, También he de ser sincero al afirmar que  no dejé nada al azar para que fuese perfecta.

Fue un flechazo el encuentro de los 2 en un local alicantino y decidimos quedar  a la semana siguiente para hacer senderismo, cosa que no hago nunca. Tengo una facilidad para decir “si me gusta”, si me lo preguntan chicos que me hacen temblar. Esa facilidad me ha hecho verme en una reunión del opus dei, un concierto de Heavy metal y subir montañas a paso ligero.

 3 días antes de la cita recorría el Decathlon a contrarreloj  para conseguir ropa  ”ponible”, montañera y que me haga delgado. Todo lo que conseguí fue un micro Short y una felpa negra de manga larga. Al vernos saltaron chispas y justo antes de empezar la ruta me dijo que iba muy corto, pero que le parecían espectaculares mis piernas.¡¡¡ Lo tenía en el bote!!! Conforme iba subiendo las espigas y los cardos iban creciendo en espesura y altura. Tenía mis espectaculares piernas parecidas al Ecce Homo. No me quejé, pero por orgullo ya que me dolían las brechas que el cardo de la segunda cuesta hizo en mi gemelo espectacular. Iba extremadamente corto.



Al llegar a la cima (pensaba que no llegaba nunca) decidí acabar con “ si, me gusta” a todo lo que me digan los chicos guapos que me hacen temblar y empecé a preparar el momento íntimo y personal para favorecer el contacto físico.  Nada más sentarnos saque una botella de vino espumoso(es el que te emborracha antes) y al abrirlo  el tapon se estrello en un panal de avispas y el vino se derramó en mi micro short. Todo empezaba a torcerse y tuvimos que correr como Usain Bolt. Cuando perdimos de vista a las avispas, nos sentamos  y saqué mi iPhone para poner a Lisa Ekdalh, entonces todo se arregló, el cielo era de un azul intenso y precioso, el vino y los brindis, en copas de plástico de los chinos, nos hacían ser protagonistas de una película fabulosa. Todo lo que sigue es una intimidad que se queda para mí. Fue un principio de una relación tipo “final feliz” perfecto.

LA lección que aprendí de esta historia es que no debo de sobrecargar ni fantasear con nada ni nadie,  la naturalidad y la espontaneidad son un valor en alza en las citas, haya besos o no. Todos los principios en las relaciones son tan diferentes como los finales. Los adornos para mis amigos Salvador (Florista) y Victoria (diseñadora) porque son unos tremendos maestros.





sábado, 13 de octubre de 2012

SCREAM



Este fin de semana pasado ha ocurrido un hecho de los que se quedan a fuego en mi memoria. Una boda de “Alto Standing”, el entrecomillado es ironía pura.

He de decir que no fui a ver dicha celebración a la puerta de la Iglesia. Las invitadas se pasearon por toda la city con una altivez ridícula y vestidos de zarandona (un pueblo cercano a Murcia donde el raso gordo y el encaje quita-piel son su  mayor exponente) porque a la vista parecía eso, lastima de dinero si eran caros.

Estaban como en una Gymkana. En momentos  en concreto todas salían del local donde se celebraba para repartirse en pisos, parkings y demás sitios que se me escapan de mi campo visual,  para aparecer todas al cuarto de hora  con cara de Scream VI. Hecho que me dejo con incertidumbre, ¿cuál sería el premio?

Habían chicas que iban monas, pero las menos, pero me gusta recrearme en las canallas.

También he de ser sincero, a la novia no la vi. Pero viendo la Cibeles cutre week que se montó me la puedo imaginar. Pondría la mano en sulfato de polonio que se diseñó el vestido ella solita. Ese hecho me da una compasión infinita por el diseñador que le tuvo que hacer el misterioso vestido.

No puedo con el intrusismo laboral. Mención aparte son las Blandas que se creen modernas y se diseñan la ropa sin ningún gusto estético ni académico

Me las imagino con un bloc con todo lleno de retazos y dibujos donde mezclan la falda de la cenicienta, cuando la vieron, a los 8 años, se afirmaron a sí mismas que irían con una falda así, no podían ser menos. A los 15 años vieron Love Story y se quedaron fascinadas con la parte alta del camisón de la protagonista antes de morir, ese detalle iría también en su boda. Al ver Sexo en nueva york, el cinturón de mi loada Carrie las descolocó, ese complemento no podía faltar en el vestido de novia de mi vida ( que tremenda frase).

Imagino la cara del diseñador cuando abriría el Bloc, la expresión sería muy parecida a la que suele utilizar la madre de Shin-chan cuando el diablo de mañaco hace alguna travesura.

La vida me ha hecho ver que no se pueden mezclar muchas cosas. Véase una maruja beata que ha venido de Sevilla y un bote de purpurina delante de la patrona de su pueblo por que acaban con brillos hasta el nuncio papal. Una lesbiana y el bingo, es la perdición de ellas, es lo que a los hombres machos un prostíbulo. Igual que meterme a mi en la exposición de Cartier en el Thyssen, ya que acabo como el loro de Yafar( malo,  malísimo de Aladin) y no me quitan los joyones de las manos ni con aceite hirviendo.

Con este relato quiero decir que el/la que se dedique a recoger cebollas, nadie como ella para eso, pero que no se entrometa en otras profesiones. Yo me dedico a la venta y tengo algunas nociones de moda y estilo( amateur por supuesto) . Poniendo un ejemplo, cuando fui a comprar mi cochecito nuevo me encomendé al comercial que me lo vendió y me quede satisfecho, de todo no se puede saber.









lunes, 1 de octubre de 2012

WAITING FOR...


Como me gusta el universo Spot publicitario. El que anuncia el otoño del corte ingles de este año me fascina, me veo muy reflejado en ella, no por que quiera ser modelo fémina (Envidio su delgadez,  pero solo eso),  es porque me veo  reflejado en la idea que  transmite de la  espera. Esperando al Otoño, esperando un lugar donde la sonrisa no me salga forzada, esperando que me asalten con un abrazo, esperando… esperando  tantas cosas.

LA verdad  es que el anuncio me hace soñar, pero yo soy impaciente por naturaleza y agonías desde que nací. El tener todo controlado es una obsesión. Las situaciones donde yo no tengo el mando se vuelven perversas y de la nada aparece una voz que me hace avanzar sin mirar donde piso. Esa dichosa voz me hace tropezar casi siempre.

Desde que tengo uso de razón el equilibrio mental de esperar/actuar es un ideal que pocas veces he podido conseguir, si espero nunca he conseguido nada y abalanzarme con la velocidad del rayo me hace estrellarme.

Recuerdo una situación donde siempre me pongo nervioso y súper acelerado. Cumpleaños de una de mis mejores amigas. La primera vez que asistí estaba hecho un lápiz, Hay constancia fotográfica. La presión de aparecer exactamente igual, me hace que un mes y medio antes me obsesione con llegar al evento  delgadísimo, morenísimo y estilosisimo (todos los isimos que yo quiera, es mi blog). Nunca lo consigo por que perder 13K en un mes es cuanto menos insalubre, el sol conlleva melanomas pero estiloso siempre voy.

 El año pasado me obsesione demasiado, pero  apareció ante mí un objeto en la tienda peculiar donde trabajo. Un cinturón sauna que prometía perder 15Cm de cintura en 1 día. ¡¡¡Era una señal!!! Me relajé, comí lo que quise, tenía la certeza que un aparato que sale en la teletienda no tenía por qué  mentir, recalcan constantemente  sus controles exhaustivos de calidad.

Llegó el día de la prueba del cinturón, lo celebré con unos canelones de marisco y un pastel de crema catalana. Tenía preparado todo el outfit y  perfumado con Tom Ford (es mi perfume favorito). Me tumbe en mi cama extra grande con dicho cinturón. Al abrirlo me resulto un poco sospechoso ver el tacto plastiquito,  pero la idea del ministerio de Comercio haciendo constantes y meticulosos test de calidad me trajo la calma.

Nunca he sido de ir a saunas (sé que suena cuanto menos extraño que un gay diga esta afirmación) porque me agobia el excesivo calor y el dichoso cinturón plastiquero me ponía nervioso (Otra Vez). Al pasar la media el calor era excesivo pero la idea de que se hubieran ido 7 cm de flotador me daba ganas de seguir el tratamiento.

 45 minutos después me lo quite de un golpe y me quede estupefacto al ver toda la piel de mi abdomen quemada. Parecía un tigre por las vetas de piel chamuscada. Tuve que ir a urgencias y no perdí ningún centímetro. El urbasón hizo que fuera un cumpleaños desinhibido donde mi personalidad brilló, pero no mi figura.


No sé si clasificar esta anécdota en el apartado paciente o desesperado pero lo que fui es un tremendo bobo al confiar en aparatos MADE  IN PRC. Bueno ahora que lo pienso se puede clasificar en el  “soy vago por no hacer deporte” y “demasiado rural Helpless” como para pensar que un anuncio estiloso se vea reflejado en mí. 


Seguiré esperando, ¿No?